Por: Magaly Preciado y Vanessa Garza
Durante junio se conmemora el mes del Orgullo gay, que tiene el objetivo de celebrar la diversidad y la libertad para ser quienes somos, promover la tolerancia y el respeto hacia las personas LGBT+, y reivindicar su lucha por la dignidad y el ejercicio de sus derechos humanos.
La conmemoración se remonta a 1969, a partir de una redada y disturbios que ocurrieron en el bar gay de New York “Stonewall Inn”, que dieron lugar a las primeras grandes marchas y manifestaciones para exigir el respeto de las autoridades, instituciones y la sociedad en general. Recordemos que en los 60’s la homosexualidad era criminalizada y abundaban los esfuerzos para “curarla”. No fue sino hasta 1990 que la homosexualidad se eliminó de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud.
A pesar de los avances, hoy en día aún hay 69 países en el mundo que consideran ilegales las relaciones entre personas del mismo sexo, en 8 de ellos se castigan con la muerte, y en nuestro país todavía existen iniciativas -sobre todo de tinte religioso- para “curar” la homosexualidad.
En este panorama de deudas históricas y discriminación prevaleciente, dentro de nuestras empresas podemos comprometernos a promover ambientes laborales más incluyentes para la comunidad LGBT+, y con ello mejorar sus oportunidades de desarrollo profesional, fomentando una cultura de respeto donde se valoren todas las personas y sus aportaciones. Te compartimos tres puntos que deberán tenerse en cuenta:
- La capacitación es clave. En un mundo donde lo heterosexual es la norma, es muy probable que no tengamos clara la diferencia entre conceptos como identidad de género y orientación sexual, o entre sexo biológico y expresión de género. Pero todo esto se puede aprender y nos ayudará a sensibilizarnos sobre la diversidad de la sexualidad humana.
- Poner atención en el lenguaje que utilizamos. Utilizar lenguaje incluyente sirve para visibilizar a grupos LGBT+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero, Trasvesti, Queer, Intersexual, Asexual, Pansexual, y otros). Las expresiones peyorativas nunca han sido adecuadas, no se vale referirse a personas como “desviadas”, “raras”, “volteadas”, u otras expresiones aún más subidas de tono. Puede ser que sintamos incomodidad al hacer uso de las palabras correctas, sobre todo si son palabras que no tenemos por costumbre utilizar, pero esta incomodidad desaparecerá conforme las usemos y dejemos de ver el tema como tabú.
- Combatir activamente prejuicios y estigmas. Podemos ser parte del cambio o resistirnos, pero no podemos detenerlo. Las sociedades cada vez tienen mayor apertura, las generaciones más jóvenes favorecen la igualdad y se identifican como LGBT+ con mayor libertad que antes. Todas las personas conocemos a alguien que no se ajusta a las reglas de la heterosexualidad, ya sea en nuestro trabajo, amistades o familia. ¿Seguiremos contando los mismos chistes homofóbicos? ¿Haciendo comentarios del tipo “no soy homofóbico, pero….”? ¿Excluyendo o agrediendo a personas LGBT+? Combatir estas actitudes y comportamientos es nuestra responsabilidad, máxime si nos encontramos en una posición de liderazgo, pues esto nos convierte en el ejemplo a seguir.
Las culturas laborales diversas e incluyentes generan mayor lealtad del personal, estimulan la creatividad y la innovación, y atraen al mejor talento. Tener un ambiente laboral y una sociedad más incluyente depende de lo que hagamos como personas y como organizaciones, y podemos hacer mucho más de lo que pensamos, si tenemos la disposición. ¡Celebremos nuestras diferencias y generemos condiciones para vivirlas en igualdad!
Si tu empresa está interesada en explorar el tema pero no saben por dónde iniciar, acércate a las consultoras de ACCSE Equidad, Diversidad e Inclusión, quienes pueden acompañarte paso a paso.
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